De acuerdo con la última encuesta Plaza Pública de Cadem, la aprobación del gobierno Boric cayó, por tercera semana consecutiva, a un 28% respecto de su gestión.
La desaprobación llega al 65%.
La gran prensa oficial le ha dado difusión como un hecho de corrupción, al caso de las donaciones, que la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda de Antofagasta entregó a la Fundación Democracia Viva, vinculada a RD (Revolución Democrática), partido de base del Gobierno.
El sistema actual apoya la política del gobierno Boric porque es la continuidad del gobierno de Sebastián Piñera y porque actúa como un vocero de la Dictadura.
Pero el gobierno actual es un gobierno en crisis, que fue impuesto para ponerle un punto final a las reivindicaciones del Levante Popular de octubre del 2019.
El Rechazo de la “nueva” constitución del año pasado lo convirtió en un gobierno zombi, que quedó agarrado de la derecha para cumplir su misión, ahora imponiendo una “nueva” constitución de la Dictadura, controlada por la extrema derecha de Kast y los Republicanos.
La desesperación del gobierno es tanta que apostó su futuro a 24 “Expertos” y 12 Bordes intocables para no sólo mantener todo igual, sino hasta para empeorar las actuales estructuras impuestas por la Dictadura.
El gobierno Boric se transformó en el eslabón más débil de la cadena del sistema de la Dictadura actual, que usa el barniz de la “democracia” como un débil maquillaje.
Su derrota en el plebiscito de diciembre será la derrota de todo el sistema, en su conjunto, principalmente de los dueños de la política chilena, la derecha vinculada a los beneficiarios de la Dictadura.
Todos los verdaderos demócratas, anti-imperialistas, luchadores sociales y revolucionarios tenemos el deber de impulsar el voto En Contra para diciembre.
La salida para la crisis actual está en el poder popular. Por eso pugnamos por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana.
