El viernes 15 de septiembre de 2023 fue la primera reunión en pleno del Consejo Constitucional.
El objetivo es votar el Anteproyecto presentado por los 24 “Expertos”. Estos aún tendrán la palabra final antes de presentar el texto definitivo el 7 de noviembre de este año, y que tendrá que seguir los 12 Bordes para mantener intacta a la Dictadura.
El control absoluto de la derecha quedó expuesto de manera cristalina ya en las discusiones relativas al Capítulo 1, “Fundamentos del Orden Constitucional”.
Hubo la aprobación por unanimidad que eliminó la frase “todo ser humano es persona”, lo que podría tal vez ser interpretado como una prohibición del derecho al aborto que hoy ya es permitido en Chile en tres causales (violación, inviabilidad del feto y riesgo de vida de la madre). O sea un mero tecnicismo que no tiene nada que ver con la ampliación de libertades para las mujeres.
En el Artículo 7 deja claro la negativa de los derechos para el Pueblo Mapuche, principalmente el derecho a su autodeterminación: son “parte de la Nación chilena, que es una e indivisible”.
El último Artículo del Capítulo 1 dice “el terrorismo, en cualquiera de sus formas, es contrario a los derechos humanos y a la seguridad de la Nación”, además de declarar la inconstitucionalidad de la organizaciones a la que los “terroristas” pertenezcan.
De esta manera, y considerando el arsenal jurídico que hay en Chile en relación al “terrorismo”, se elevan eses crímenes a status constitucional y se sigue dejando intacto el enorme margen de subjetividad del estado chileno para determinar quién es terrorista.
El pueblo totalmente ajeno a este proceso dictatorial
Este proceso constitucional, aparte de la total exclusión popular y el control obsceno de la derecha, ignora totalmente las reivindicaciones de la Rebelión de Octubre.
Los partidos que son la base formal del gobierno de Boric, Socialismo Democrático, el Frente Amplio y el Partido Comunista, se prestan a hacer el papel de animadores del circo, donde quieren convertir al pueblo chileno en los payasos.
El objetivo de todo el sistema es mantener todo como está; o aún peor, ponerle punto final a 2019.
Esa “izquierda” institucionalizada ayudó a la derecha, en el Senado, a aprobar este proceso constituyente que es uno de los más anti-democráticos de la historia.
Su único objetivo es retrasar la inevitable bancarrota del gobierno Boric que había sido elegido en base al Pacto del 15 de Noviembre de 2019, para imponer una nueva constitución, otorgando algunas concesiones cosméticas, pero manteniendo intactas todas las estructuras de la Dictadura.
¿Qué esperar del referendo de diciembre?
Todo indica que el gobierno Boric y todo el sistema será nuevamente derrotado en diciembre, a menos que haya un fraude escandaloso.
El gobierno quedará en coma y totalmente sometido a la derecha.
Los luchadores sociales y los revolucionarios debemos prepararnos para impulsar la movilización social desde las bases de los territorios, estudiantes, pobladores, trabajadores, mujeres, tercera edad, y todos los que deseen un Chile mejor.
Nuestra lucha no es por una nueva Constitución donde todo quede igual, o por un nuevo gobierno autoproclamado de “izquierda”, pero que en la práctica actúa a favor de mantener los privilegios del puñado de parásitos que controla nuestro país.
Planteamos contribuir a diseñar un programa alternativo de país en todos los terrenos, poniendo en el centro de la acción a los actuales trabajadores y explotados, y su entorno medio ambiental, no la ganancia y el lucro de unos pocos.
Es la hora de la unidad, superando con hechos las discusiones menores y las posturas hegemónicas.
Los revolucionarios y los luchadores sociales, debemos poner en el centro de nuestra discusión y acción a los trabajadores y a todo el pueblo que sufre las consecuencias del sistema capitalista.
Luchamos por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, por el poder popular.