A poco más de tres años del estallido social que condujo a la revuelta popular en nuestro país, hastiados ya de casi medio siglo de este modelo oprobioso, la chispa que encendieron los estudiantes prendió y despertó a la gran mayoría de nuestro pueblo, el cual salió a las calles a expresar su descontento. Nos dimos cuenta que la dictadura nunca había terminado en Chile, que la esencia del Golpe propinado a la clase trabajadora y al pueblo en general en 1973 aún se mantiene y se ha perfeccionado.
Frente a la crisis y la deslegitimación de las instituciones del Estado y su casta política El pueblo se alzó y en las calles luchando por terminar con este sistema abusivo y se levantó así la gran demanda de una Asamblea Constituyente.
La lucha en las calles costo 63 muertos y 246 personas con sus ojos mutilados, miles de heridos y detenidos en las mazmorras del régimen. En Chile se alcanzó un punto crítico en las contradicciones sociales. La crisis que podría haber significado el derrumbe del sistema neoliberal y el reemplazo por una alternativa democrática popular provoca que Piñera uno de los hombres más corruptos de Chile sea sobrepasado en su cargo por la casta corrupta e legítima de partidos políticos y acuerdan un proceso de paz y nueva constitución a través de una Convención Constitucional que con la firma traicionera de Gabriel Boric usurpa la soberanía popular condicionando el proceso hacia la mantención del modelo neoliberal..
Las expectativas de cambio se vieron rápidamente frustradas. Boric, ya presidente de Chile continua con la represión y militarización del Wallmapu que hoy llama ‘macro zona sur’, la criminalización de la movilización social, la mantención en las cárceles de los presos político, la represión a los sectores más avanzados del pueblo en lucha, la aprobación por el senado del TPP, la renuncia al programa de gobierno, y su sustitución por la agenda derechista de seguridad muestran que el de Boric es solo un gobierno de continuidad neoliberal.
Soberanos hace suyas la propuesta popular basada en las demandas sociales históricas del pueblo en general y de los trabajadores en particular. Rechazamos el repugnante Acuerdo por Chile, que sobrepasando todas las normas democráticas, encarga la redacción de la nueva constitución a un Consejo de Sabios en su mayoría viejos pinochetistas y empresarios. Llamamos a generar a través de la desobediencia civil un poder popular capaz de devolverle al pueblo de Chile su soberanía, su dignidad y lograr:
*Rechazo al segundo acuerdo cocinado por la elite política
*Rechazo popular al TPP
*Educación y salud gratuita y de calidad
*Un sistema de pensiones tripartito y de reparto
*La recuperación de nuestro cobre del litio y de nuestro mar
*Una asamblea constituyente para promulgar una nueva constitución *Una política internacional que dé cuenta del ideal Bolivariano
El pueblo debe reencontrarse con su verdadera identidad social, anti neoliberal, anticapitalista y antiimperialista, debe fortalecerse a sí mismo ideológica y organizativamente, debe aprovechar esta nueva oportunidad en la que se encuentra frente a frente con el enemigo principal, debe utilizar todas las formas de lucha y autodefensa. Son 25.000 contra 15 millones
¡La Lucha Continua!
Por una democracia popular avanzada
Renuncia Boric
A tomar las calles, las fábricas y los territorios