Gatopardista suelto en París: La génesis anticapitalista de la coalición gobernante que no es tal

el quiebre en la coalición gobernante, que se presenta como anticapitalista en el discurso pero en la práctica es un proyecto continuista de las bases del orden político que aún impera

Gabriel Boric en La Sorbonne: Un llamado a la unidad (“progresista”)

Una clase magistral en la Universidad de La Sorbonne realizó el Presidente Gabriel Boric, en su primer día de actividades oficiales en París.

En el desarrollo de su alocución, el Mandatario compartió una reflexión sobre “la necesidad de la unidad de los sectores progresistas” teniendo a la vista el retroceso de las colectividades de este signo en el mundo.

La familia política de la cual yo vengo, si tuviéramos que hacer un símil en Europa, estaría más cerca de Syriza en Grecia; Die Linke en Alemania; de La France Insoumise en Francia; Podemos en España y de movimientos de esas características. Sin embargo, en Chile tenemos una alianza, la cual yo creo tiene profundo sentido entre la izquierda y la centroizquierda y hemos visto cómo en Europa (…) hay en este momento, de los 27 miembros de la Unión Europea, cinco gobiernos progresistas en Europa y esa familia política a la que yo hacía referencia, ha ido por diferentes motivos, con diferentes realidades, pero con amenazas comunes, de una u otra manera, también retrocediendo, sostuvo posicionándose desde un anticapitalismo que está lejos de ser cierto

La urgente defensa desde América Latina

Dicho lo anterior, el Mandatario indicó que “tenemos que preguntarnos políticamente por cuál es nuestra táctica, si es que creemos tener objetivos comunes. En particular lo pienso desde América Latina, pero hay uno que debiera ser común a todos nosotros, que es el fortalecimiento, primero defensa -pero no sólo defensa defensiva, sino defensa también ofensiva- de lo que entendemos por democracia y ahí creo que la unidad de las fuerzas progresistas es insoslayable para aquello”.

¿Convergencia imposible? ¿Bajo cuáles objetivos?

Ahora bien, Boric reconoció que la convergencia de las fuerzas “es difícil” y que “a nosotros en Chile nos ha costado -todavía no termina de cuajar- muchísimo. Pero creo importante destacarlo porque las amenazas que tenemos al frente son mucho mayores y eso no necesariamente significa renunciar al compromiso de transformación estratégica y estructural que tenemos y es el cual nos guía”.

En el marco de su alocución, el Mandatario hizo un guiño al disenso que tuvo con su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, respecto a la condena de la invasión de Rusia sobre Ucrania. “Podemos haber tenido diferencias con algunos otros liderazgos del mundo progresista y de la izquierda en el último tiempo, pero acá yo creo que es importante sostener una cuestión de principio. Cuando hablamos de la violación de los derechos humanos en Nicaragua por ejemplo, desde la izquierda no tenemos que responder ‘no, pero es que en Israel también; no pero es que Estados Unidos también. Mira lo que hizo Estados Unidos antes’. Estos son temas que nos deberían importar en sí mismos”.

“La verdad, en cualquier país, Nicaragua es un ejemplo, pero quizás uno de los más groseros en este momento, pero en cualquier país, incluido por cierto el nuestro, en donde alguien ocupando las banderas de la izquierda meta presos a sus adversarios por el hecho de ser adversarios, coarte la libertad de expresión, viole los derechos humanos de sus opositores, tenemos que ser capaces también de levantar la voz. Mañana, estimados y estimadas, podríamos ser nosotros”, advirtió.

Este discurso no es ni la primera ni la última vez que la escucharemos de parte del liberal Boric, hoy Presidente de Chile, y es una casa hecha a la medida de los intereses no solo de EE.UU. también lo es, y ahí la relevancia de las declaraciones, para la Unión Europea, aliada económica, política y militar del país del Norte.

Los intereses están a la vista y es el principal quiebre de la coalición gobernante, que en lo discursivo se muestra desde un anticapitalismo transformador pero en la acción real es un proyecto continuista de las bases fundacionales del orden político imperial