La unidad es más que una idea de representación de las demandas sociales, Es un proceso de emancipación

Los pueblos deben luchar por su emancipación real. Cualquier idea sobre una dependencia de cualquier poder nacional o extranjero es irracional bajo los parámetros de precariedad actual.

Que hoy en el centro del debate esté saber qué hacer en la vacancia de las izquierdas institucionales con el desfonde del gobierno Boric, es bajo una lógica de conveniencias particulares. La institucionalidad aún no termina por fracturarse. Incluso, lo significativo del Estallido fue sólo la movilización de una amplia mayoría de disonantes del sistema que, de manera generalizada, colapsa. Entonces, la lectura no se puede hacer en la línea de la oferta y demanda que ofrece la institución y que necesitan los subalternos.

El común múltiplo es la decadencia de la politica “oferta”, que constantemente levanta productos de atractivo transversal a la amplia gama de mercados políticos que sustentan el Estado en crisis,  y se plantea como respuesta a la mejora de la vida de los trabajadores.

En sencillo, ¿a quién elige el pueblo? 

El pueblo elige votar por alguien.

Una encuesta rápida en cualquier esquina podría solucionar esta incógnita. La “democracia” no soluciona los problemas de las mayorías: muertos esperando salud, brecha educacional, crisis en vivienda, crisis de seguridad, crisis económica, bajos sueldos, corrupción, racismo, pobreza multisectorial, crisis en el medio ambiente y saqueo a recursos naturales. Un interminable etc. hace imposible pensar que hoy la representatividad soluciona algo en este Chile diverso. Pero diversos son sólo los subalternos, las élites son una sola.

Los pueblos deben luchar por su emancipación real. Cualquier idea sobre una dependencia de cualquier poder nacional o extranjero es irracional bajo los parámetros de precariedad actual.

Los aparatos políticos y sociales deben estar al servicio de esa idea central.

En el caso de Chile, el conflicto nace porque la representación, como idea sin control de las masas subalternas, no tiene ningún efecto. El proceso constitucional lo demuestra de manera muy gráfica. Una pequeña élite partidaria impone sus intereses de clase sobre una mayoría, negociando el proceso de dominación entre dominadores. La estructura es de mayor relevancia, entonces, para separarse de la idea capitalista de este tipo de negociación.

La emancipación es la forma de anteponer, efectivamente, la construcción real de la única opción de sobrevivir a esta debacle llamada capitalismo. Tomar el control de nuestras vidas desde las manos de quienes las manejan hoy. Esta es la única unidad posible.