Con un aire a Chanelle y manitos suaves Ministras y ministros del gobierno de derecha entre el Frente Amplio y la Nueva Mayoría no dan “pie con bola”, el programa de la mentira de les cae a pedazos y no pudiendo ocultarse se muestras como lo que son, oportunistas del poder
La debacle es completa, y el abandono a cualquier idea que sostenga un proyecto político de largo alcance, hoy el gobierno Boric esta a favor de las transnacionales, la propiedad privada, el castigo a la movilización y la criminalidad de la pobreza, debemos trabajar para pagar derechos y no alzar la voz o seremos castigados, siempre nos han temido, por saben el poder del Pueblo.
La situación actual es profundamente crítica, y el creciente número de leyes represivas en nuestra nación se erige como el epicentro fundamental de la declinación de la democracia actual. Aunque nos encontramos en una etapa que se autodenomina como “progresista” en términos de liderazgo, y no se vislumbran señales evidentes de una guerra civil ni de masivas protestas urbanas, es asombroso que el conjunto de medidas legislativas esté orientado a minar lo que queda de nuestra libertad.
En un momento en que se supone que deberíamos estar avanzando hacia adelante, las leyes represivas actúan como un retroceso en los logros que la sociedad ha alcanzado. La aparente calma en la superficie no debe hacernos olvidar que la erosión de nuestras libertades individuales y colectivas es silenciosa pero insidiosa. Estas leyes no solo restringen nuestra capacidad de expresión y organización, sino que también erosionan la confianza en el sistema democrático que debería velar por nuestro bienestar.
En lugar de nutrir un entorno donde la participación ciudadana y el debate libre florezcan, este paquete de leyes da un paso hacia atrás, introduciendo la sospecha y el miedo en el tejido mismo de nuestra sociedad. La vigilancia excesiva, el enjuiciamiento desmedido y la criminalización de la protesta pacífica parecen contradecir la noción misma de democracia progresista.
Es evidente que estas leyes no solo son un conjunto de disposiciones legales, sino un reflejo de un sistema que está perdiendo su esencia.
Gobiernos que nacen a partir de promesas fétidas, sin brillo alguno, vuelven a ocupar el centro de las reivindicaciones, apagando el clamor popular de la organización de clase. No podemos dejar nuestra pega en las manos a terceros que ni siquiera saben cuáles son nuestras necesidades, nuestros dolores y sufrimientos. Personas que solo buscan la opulencia y permitirles un estilo de vida lo más cercano a la burguesía, volviéndose sus “mini” representantes, volviéndose aún más fascistas que los propios fascistas, más derecha que la propia derecha y más contra revolucionarios.
La actual ministra del interior, aclamada por el gobierno y en especial por el presidente ha anunciado desde su ingreso la total intención de profundizar la represión, robustecer la capacidad militar y la flexibilidad de la policía ante acciones “poco” responsables.
A raíz del propio gobierno se ha introducido la aprobación de la Ley nain retamal, y ahora, la extrema urgencia colocada en la “Ley antitomas” tuvo su efecto avasallados en su aprobación por amplia mayoría.
Aquí puedes enterarte de que es la ley antitomas: https://constituyentelibreysoberana.cl/la-criminalizacion-de-la-pobreza-impacto-de-la-nueva-ley-de-usurpacion-en-chile/
Brevemente, El texto -una moción del Senado, cuyos autores son Felipe Kast, Marcela Sabat y Ena Von Baer- busca modificar las sanciones del delito de usurpación de propiedades, para castigar con penas privativas de libertad el delito de usurpación, ampliar el período de flagrancia y facilitar la detención de los ocupantes a partir de propios civiles incorporando la “legítima defensa privilegiada”, que permitiría a civiles poder recuperar “por mano propia” -describen en el Ejecutivo- terrenos ocupados. Esta figura, conjugada con el principio de “flagrancia permanente”.
Toha, el pasado 9/8 día de su votación, según la prensa burguesa oficial “elevó” el tono en contra de algunos aspectos de la propuesta, pero, lo que no se dice es que hasta el momento, contó siempre con el visto bueno desde la moneda. ¿Qué es ese cambio?
Simple, apresuró la votación, le dio su visto bueno para que pudiera ser tratado con suma urgencia, y a raíz de las movilizaciones populares, el mismo día de su votación se lavan las manos cuando ya está todo el pan sobre la mesa.
Tohá reconoció que “la ley como está ahora no funciona”, y apuntó a que “tenemos que discutir una modificación que se haga cargo”. Pero recalcó que “no lo vamos a resolver haciendo laxa la Ley de Usurpaciones”.
Posteriormente recalca la importancia de mejorar la ley, “que permita evitar la proliferación de tomas”, y agregó que “es importante que ante un desalojo haya una detención, pero nadie se va a ir preso por esto, porque la penas son bajas”.
¿Será que es eso mismo? ¿Por qué se necesita entonces mejorar la ley? ¿Qué pasaría si unimos la ley antitomas junto con la ley gatillo fácil y las tomas estudiantiles que vienen siendo reprimidas cada vez con más fuerza por la policía? ¿O qué pasará cuando los trabajadores cansados de las mentiras, la miseria, la corrupción y el saboteo del actual sistema salgan a tomarse los medios de producción como los puertos y las mineras?
Y es así dónde está la clave del asunto, todas estas leyes son la preparación del gobierno para lo que está por venir en Chile. Grandes levantes de masas, mayores al 18 de octubre en cuanto organización obrera.
Y es que la siguiente pregunta se respira en las calles del país más largo del mundo:
¿De qué nos sirve fundamentar un sistema que cuando entra en crisis se revuelca a sus pasos más oscuros como lo son sistemas dictatoriales, persecutorios, casi que monárquicos?
¿Es esto lo que llamamos democracia? Un sistema en el que una ínfima minoría prospera, se deleita en la opulencia y cultiva sus talentos y virtudes mientras disfruta del ocio, explorando las maravillas naturales a través de sus lujosos viajes. Parece vivir la vida ideal que todos deberíamos tener. Sin embargo, en contraste, la abrumadora mayoría lucha contra la miseria, la deuda asfixiante, la ausencia de vivienda propia y la constante preocupación por llegar a fin de mes. Apenas disfrutan de 20 días de vacaciones al año y se ven afectados por la inseguridad que surge precisamente de la precarización de la vida que esta minoría misma engendra.
Esta realidad pone en duda la integridad de un sistema que se autodenomina democrático. ¿Puede realmente llamarse democracia a una estructura en la que los privilegios y el bienestar están tan desequilibrados? La verdadera democracia debería garantizar que todos los ciudadanos tengan la oportunidad de desarrollar sus potencialidades y llevar una vida digna. No debería permitir que una pequeña élite acapare todos los recursos y beneficios, dejando a la mayoría luchando por sobrevivir.
Bajo esta falsa democracia, se erigen sus falsos profetas, los cuales al servicio de los propios altos cargos de los estados imperialistas, que representan los intereses de las grandes corporaciones, actúan para perpetuar la desigualdad, la explotación y la miseria en Chile y en el mundo.
No existe país libre, mientras sean partidos políticos separados de la clase obrera los que dicten las normas, y la soberanía sea secuestrada a través de la exigencia de participar únicamente en plebiscitos y elecciones.
La verdadera soberanía reside en los pueblos organizados en favor de sus intereses, y es por eso que es imperativa la organización de clase, y la búsqueda de nuevas formas de participación. Una de estas es la Asamblea Constituyente Libre y Soberana, la cual, a partir de la escrita de una nueva constitución desde las bases de la sociedad y con reglas que permitan la efectiva participación y representación de clase, configure una nueva forma de poder, el poder popular, capaz de suprimir el poder burgués y actúan en pro de un estado para las y los trabajadores.