Sus vinculaciones golpistas en Nicaragua son variadas. Su intervención para el derrocamiento del gobierno de Ortega ha sido frustrada y aún así Boric tuvo la pachorra de invitarla a La Moneda.
Es una afrenta a la memoria de los caídos en Dictadura, al internacionalismo que luchó contra ella y sobre todo a la lucha antiimperialista que llevamos por años y a la cual entendemos que el historial de privilegios de Gabriel Boric Fonts no adhiere. El colono trata, pero no puede sentirse pueblo en lucha.
El centro de estudios Francisco Bilbao hace el llamado de alerta al respecto. Las y los compañeros apuntan directamente a Mónica Baltodano Marcenaro y Gioconda Belli, otrora sandinistas, y emiten declaración a la cuál adherimos. Ambas, invitadas por la coalición gobernante, representan los postulados del Imperio y han actuado en consonancia con agendas promovidas por el Pentágono, la CIA y la Administración de Joe Biden, participando en acciones destinadas a financiar actos en contra del gobierno en suelo nicaragüense.
La política Internacional del último testaferro de la Dictadura siempre deja huella de servilismo para el imperialismo, pero Boric fallará y sus aliados seguirán fallando en el ánimo de dominación latinoamericana. Venezuela, Cuba y la propia Nicaragua han podido resistir a varios abusos del imperialismo norteamericano en primer lugar.
Es una vergüenza histórica promover la nacionalidad chilena como ánimo golpista; ya llevamos a cuestas el fascismo Pinochetista por 50 años como para seguir afianzando sectores fascistas, abiertos o disfrados, por 50 años más.
El pueblo no perdona porque sabemos que el Nunca Más es una mentira.
